Casa de madera, tu vivienda más eficiente que nunca
Son tremendamente eficientes, respetuosas con el medioambiente y con el entorno, además de sanas y equilibradas. Las casas pasivas de madera están de moda porque ofrecen altas prestaciones a corto, medio y largo plazo a quienes viven en ellas sin que eso suponga un precio más elevado que el de cualquier construcción convencional.
Pero ¿qué implica el diseño de una casa pasiva y cómo es el proceso de construcción? Te lo contamos.
Requisitos que debe cumplir una casa pasiva de madera para serlo realmente
Una casa pasiva es aquella cuyo diseño arquitectónico incorpora elementos estructurales y detalles constructivos pensados para proporcionar el mayor ahorro energético posible sin renunciar al máximo confort.
Nos referimos a estrategias propias de la denominada arquitectura bioclimática como sistemas de ventilación cruzada, uso de lamas de madera como barrera protectora frente a ventanas y fachadas, muros capaces de captar el calor, tejados que acumulan el agua de lluvia…, y a la incorporación de sistemas de climatización basados en energías limpias.
Además, a la eficiencia energética y al confort dentro de una vivienda pasiva se une un tercer objetivo: el visual, conseguir que el exterior de la misma guarde sintonía con el entorno y mantenga un equilibrio natural con el espacio que la rodea, de ahí que, además de madera, este tipo de viviendas empleen para su construcción materiales naturales autóctonos, normalmente piedra o arcillas de la zona.
Casa pasiva de madera, de principio a fin
Para construir tu casa pasiva de madera lo primero que has de hacer es confiar en un equipo humano especializado en diseño y arquitectura pasiva. Este grupo de profesionales será el encargado de adaptar el diseño y arquitectura de la vivienda a las características climatológicas de la zona y de elegir los materiales adecuados para la edificación, pero no solo eso:
- Analizará el entorno en el que se va a levantar la vivienda para aprovechar al máximo sus características, aquí entrarán en juego la orientación, la utilización en beneficio propio de la orografía del terreno y la vegetación predominante en la zona, la apuesta por una vivienda más o menos compacta para reducir la máximo la probabilidad de pérdida de energía, la incorporación de acristalamientos y protecciones solares, etc. ç
- Asesorará sobre conceptos básicos como el tipo de aislamiento, de puertas y ventanas, o sobre el sistema de climatización más apropiado: energía solar, caldera de pélets, sistema de aerotermia, etc. Si bien es cierto que una casa pasiva solo necesitará un sistema de calefacción o refrigeración como apoyo, pues el mecanismo de ventilación cruzada y la estanqueidad de la vivienda serán suficientes para preservar, casi siempre, una temperatura interior ideal tanto en invierno como en verano.
- Llevará a cabo un seguimiento minucioso de todas y cada una de las fases de la obra, pues solo de esta forma podrá cerciorarse de que se cumplen los requisitos de estanquidad deseados, de que se está llevando a cabo una correcta ejecución de los trabajos y de que estos entran dentro de los plazos estimados.
Una vivienda pasiva permite un ahorro energético de hasta el 70 % respecto a una casa convencional debido al aprovechamiento de los recursos naturales del entorno, al diseño bioclimático y a un sistema de construcción sostenible que minimiza el uso de cualquier sistema de climatización. ¿No crees que es para pensárselo?